El carro está vacío
La AR es una enfermedad sistémica, autoinmune caracterizada por provocar inflamaciones crónicas de las articulaciones, que producen su destrucción progresiva con distintos grados de deformidad e incapacidad funcional.
Su causa sigue siendo desconocida. Su prevalencia mundial ronda el 1%. Predomina en mujeres de 25-50 años, en una proporción de 3 mujeres por cada hombre afectado.
Consejos dietéticos:
- Incremento del consumo de ácidos omega 3, EPA, DHA y ácido linolénico: diversos estudios avalan que el consumo de estos ácidos mejoran a corto plazo la rigidez articular y la inflamación. Estos ácidos grasos inhiben la formación de prostaglandinas y leucotrienos (compuestos que intervienen en la respuesta inflamatoria).
¿Dónde podemos encontrar omega 3? Los encontramos en pescados como el boquerón, salmón, atún, sardina, arenque, en semillas de lino, calabaza, nuez y verduras de hoja verde como acelgas, espinacas, etc.
- Disminución de grasas saturadas, que debido a su alto contenido en acido araquidónico son precursores de leucotrienos, los cuales participan en el proceso inflamatorio. De esta manera, se recomienda reducir el consumo de carnes, algunos pescados (tilapia, perca o caballa), lácteos, huevos, soja, coles y ajo.
Las vitaminas a, C, E, el Zinc y el selenio son buenos aliados, ya que evitan la oxidación de las células disminuyendo la inflamación y muerte celular.
- Algunos alimentos de la familia de las solanáceas (berenjena, tomate o patata) contienen solanina (compuesto que participa en la respuesta inflamatoria). Por ello, se recomienda cocinarlos y no consumirlos crudos, de manera que se evite en parte su efecto perjudicial en AR.
Por todo ello, se recomienda:
- Aumentar el consumo de zumos ricos en vitamina C (naranja, limón, kiwi), de uvas, brócoli, infusiones antioxidantes de té verde (tres o cuatro tazas bebidas a lo largo del día).
- Sustituir el aceite de girasol por el aceite de oliva, limitar el consumo de alimentos perjudiciales como derivados lácteos y cereales como el maíz.
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en calcio y magnesio, con el fin de mejorar el sistema óseo. Incrementar la ingesta de fibra y de omega 3.
- Incorporar en las ensaladas cúrcuma y un toque de pimienta negra.
Algunos estudios, sugieren que dietas vegetarianas con un periodo de ayuno previo de 7-10 días, de privación proteica y libre de gluten, evitan o disminuyen la inflamación de las articulaciones y la rigidez matutina.
El ayuno proteico ha sido otra línea de investigación, donde los estudios sugieren que podría resultar útil en casos de exacerbación de la enfermedad.
Lo que está claro es que los cambios en la alimentación, modifican la lora y permeabilidad intestinal, pudiendo favorecer la entrada de antígenos artrogénicos.
Dicho todo esto, aunque no existe un protocolo de régimen alimentico en la AR (porque los estudios no duran más de un año de investigación), lo que está demostrado es que la dieta influye y mucho.
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