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La Círcuma es una planta de la familia de las Zingiberáceas que se encuentra desde la Polinesia hasta el Sudeste asiático. Tradicionalmente se ha usado el extracto de cúrcuma como colorante en la cocina de Asia Oriental (se usa como colorante alimentario (E-100) y no es tóxico), ya que tiene un sabor neutro y un poco picante. Además de sus usos como colorante, tiene un gran interés debido a sus múltiples propiedades medicinales, por lo que estamos viendo un gran incremento de su uso en occidente (ya se usaba en la Medicina Tradicional China). Estas son algunas de sus propiedades:
- Digestivas y carminativas: mejora las digestiones y nos ayuda con los gases ya que contiene eugenol. Además contiene zingibereno, que es un principio activo con propiedades antiulcerosas que estimula las secreciones de gastrina y jugos pancreáticos digestivos ayudando a la digestión y contribuyendo a un mantenimiento del pH gástrico.
- Potente protector del hígado: útil en enfermedades como hígado graso, cirrosis, y por su acción coléretica y colagoga, útil también en trastornos de la vesícula biliar y para digestiones de las grasas. (Se desaconseja su uso en cólicos biliares). Esto se debe a sus propiedades antioxidantes y a sus componentes hepatoprotectores, como la curcumina.
- En prevención y co-adyuvante en el tratamiento del cáncer (colon, duodeno, hígado, pulmón, ovario...). Sus propiedades antioxidantes ayudan al organismo a combatir los radicales libres, ayudando a superar los efectos secundarios que producen los medicamentos antitumorales. Hay estudios donde se recomienda un pre-tratamiento con cúrcuma para mejorar la eficacia terapéutica en cáncer de ovario, cáncer de piel, cáncer de mama y cáncer de colon.
- En artritis y otras enfermedades relacionadas con la inflamación como enfermedades intestinales, Síndrome de Crohn y Síndrome del túnel carpiano. Esto se debe a su contenido en curcuminoides, que inhiben la producción de prostaglandinas inflamatorias. Esta propiedad se ve potenciada en combinación con bromelina, componente de la piña que también destaca por su acción antinflamatoria.
- También podría ayudar en problemas respiratorios, mejorando tratamientos de asma y bronquitis debido a sus propiedades antiinflamatorias. Hay estudios que demuestran que en pacientes con tratamientos contra el asma (algunos inhaladores) previene la aparición de candidiosis osofaríngeas, reduciendo la presencia de hongos. También es interesante el uso de la cúrcuma en el tratamiento de la EPOC.
- Además de las propiedades antes citadas, el uso de la cúrcuma también es interesante en diabetes y otros desórdenes químicos (en una investigación básica la cúrcuma redujo en ratones los daños pulmonares como consecuencia de enfermedades pancreáticas). Aumenta el sistema inmune en épocas de estrés (previniendo procesos catarrales), y algunos estudios apuntan que podría ser útil en psoriasis y lupus, pero esta línea de investigación está poco desarrollada.
¿Cómo tomamos la Cúrcuma?
La mejor forma de aprovechar las propiedades antiinflamatorias, hepatoprotectoras y antioxidantes de la cúrcuma es utilizarla habitualmente en la alimentación. Para ello podemos tomar de 1.5 a 3 gramos diarios de cúrcuma, bien en cápsulas o añadiendo la cúrcuma en polvo al final de la preparación de las comidas.
Para potenciar su efecto, se recomienda combinarla con la pimienta negra, ya que la piperina aumenta la absorción de los curcuminoides, y como hemos comentado anteriormente, la cúrcuma tiene un efecto sinérgico con la piña (por su contenido en bromelina).
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